ARGUEDAS
EN LA PROFUNDIDAD DE LA TRISTEZA
La
visión que tiene el ser humano ante el mundo es ilimitado, capaz de enlazar
experiencias que podemos acumular a lo largo de nuestra vida con las vivencias
únicas, destacando la razón de nuestra existencia; sin embargo debemos
identificar el sentido de nuestro pensamiento que involucra nuestros orígenes,
produciendo fortalezas en los yacimientos de la base intelectual, ayudando a
distinguir lo correcto de lo negativo, con la intensión de llegar a la cumbre
del éxito a través de la comparación con otras realidades.
José
María Arguedas Altamirano fue uno de los escritores más populares que el Perú
haya tenido a lo largo de la historia, gracias a su amplia trayectoria como
profesional ayudo a despejar las inquietudes pesimistas que miles de peruanos
tenían acerca de la marginación hacia los indígenas. Esto causo una gran
prosperidad en Arguedas, dedicándose a defender a sus ancestros a través de la
literatura, donde relata la impertinencia e injusticia que vivieron en carne
propia la raza indiferente.
Hoy en
día este gran pensador nos dejó un acceso de ingrata sorpresa al mundo de la
mediocridad y el conformismo donde estamos involucrados a pesar de nuestra
evolución ideológica, que de seguro proyecta la confusión de jóvenes y adultos
interesados en contribuir el desarrollo de la sociedad, por eso me di cuenta
que la vida de Arguedas era complicada lleno de obstáculos, que desde niño lo
supo enfrentar; su historia relata que él prácticamente creció junto a la
sociedad serrana, donde valoro los esfuerzos de su natalidad. A medida que
pasaba el tiempo su familia se desvanecía en la soledad, debido a que su padre
mantenía otra relación amorosa, producto del fallecimiento de su esposa; poco
después, el esfuerzo y coraje por salir adelante hizo que el magnate en
conocimientos triunfara en sus publicaciones literarias. Asimismo, cabe
destacar que la etapa de éxito que tuvo José María se vio reflejado en diversos
sectores administrativos en la cual desempeño su destreza como profesional.
La
mayoría de sus obras narran sobre la exclusión indígena, y la presión que estos
tenían que pasar en la difícil sociedad contrastadora, de modo que la obra más
realista elegida por mi persona es “agua”, en donde identifique la comparación
entre dos bandos; la primera, interpretada por gente descortés con mucho poder
e interés por el materialismo; por otro lado, conformado por gente virtuosa,
que se dedicaban a robustecer ordenes de los incrédulos.
Es por
eso que me sorprendí por la dramática historia de esta obra y comprendí que
Arguedas realmente trata de darnos un mensaje de cambio en todos los aspectos
que pueda existir en la vida, de tal manera estoy considerablemente a su favor
de contribuir en la conservación de nuestra cultura andina que tiene nuestro
país, de modo que deberíamos sentirnos orgullosos por este gran regalo que nos
obsequió Dios, así como lo hizo este vigoroso escritor, quien no tuvo temor de
enfrentarse a la gente que lo reprimía constantemente por ser “cholo” e
indiferente a los demás.
Con
una vida complicada, no descartó la posibilidad de planificar proyectos que
beneficien a la sociedad esclavista, por tanto, cuando terminé de leer “agua”
desperté de ese profundo sueño que me absorbía en la profundidad de mis
melancolías, llegando a reanimarme, porque no estaba solo en esta vida, y supe
desde ese momento, que el hombre siempre estará interesado en lo material, por
tanto, será como un cernícalo perdido en el laberinto sin salida.
Esta
obra, se relaciona con la situación actual del Perú, donde se vive la
disconformidad e impotencia de ciudadanos que reprochan la igualdad, y en
realidad lo que escribió Arguedas es muy interesante, pues sentí que pretendía
camuflar la realidad extrema que había vivido, es ahí donde imagine que la vida
es una representación de los hechos que hacemos diariamente con aciertos y
desaciertos, con la esperanza de impulsar el espíritu alentador a favor de las
necesidades.
A pesar
de ser un personaje con muchos cargos académicos, José María Arguedas siempre
tuvo curiosidad por su pueblo y quería compartir la cultura indígena como un
tesoro que se desperdicia en el centro de un país, tenía la mente fija en
proclamar que los peruanos no tenemos la suficiente valentía de aceptarnos tal
como somos, menos de tratar de conservar nuestros orígenes, manifestando la
importancia a los más pequeños.
La
vida que tuvo que pasar este genio, no fue fácil, siempre estuvo marcado por el
maltrato desde su niñez, adaptando sus ideas realistas que poco a poco se
fueron impregnando en el corazón de muchos, es así como le tocó vivir a este
ilustre personaje, que hasta el día de hoy no logro entender, ¿por qué decidió
apagar su larga trayectoria?, si tenía toda la facilidad de generar ideas de
reflexión, tomando la imaginación como factor principal.
Pero
no olvidemos su postura intelectual que siempre estaba relacionado con su
trabajo y su patria, sin embargo, toda su gratitud con la sociedad andina fue
irrelevantemente ignoto para él, en consecuencia, a ese aspecto no se sentía
satisfecho en su totalidad; así que su mayor anhelo estaba presionado por los
gritos desesperados de su gente que diariamente se consumían en la penumbra del
olvido.
Finalmente,
espero que todas las metas que tuvo José María se hagan realidad en la etapa
moderna de nuestra sociedad, a través de su literatura indigenista, modificando
el panorama de exclusividad entre todos para contribuir el bienestar
sociocultural.
Del
mismo modo quisiera agradecer profundamente mi valoración y respeto a los
sabios consejos de este gran líder, y pienso que en un futuro no muy lejano
pueda ser como él, como un hombre justo y sentimental, arriesgado por su
confrontación a su pueblo.
Seudónimo:
Samurái de las tinieblas (Franco A.)
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